Autorregulación y Desarrollo Infantil por Sintonia Cerebral
Paloma y Ana Paula explicaron que la autorregulación es una habilidad clave en la corteza prefrontal del cerebro. No nacemos con esta capacidad innata; en cambio, se desarrolla a través de las experiencias, especialmente durante los primeros seis años de vida. Es crucial que los padres ayuden a sus hijos a reconocer y manejar sus emociones desde una edad temprana. Por ejemplo, una madre puede decir a su bebé: «Sé que tienes hambre. Ahorita te voy a dar de comer», ayudándolo a calmarse y a entender sus emociones.
Tuvimos el placer de conversar con Paloma y Ana Paula, creadoras de Sintonía Cerebral. En 2017, comenzaron ofreciendo clases de interacción familiar, donde madres e hijos (desde los 4 meses hasta los 2 años) participan en actividades diseñadas para promover un desarrollo integral sano y óptimo. Además, imparten talleres para niños de 3 a 6 años, centrándose en la autorregulación y las funciones ejecutivas.
Diferencia entre Autocontrol y Autorregulación
Es común confundir el autocontrol con la autorregulación. El autocontrol se refiere a la capacidad de inhibir impulsos y emociones. Un ejemplo es resistirse a comer un pastel cuando se está a dieta, lo cual puede causar estrés y tensión en el cuerpo. La autorregulación, por otro lado, implica gestionar estos sentimientos de manera que el individuo no se sienta abrumado por el estrés. Esto puede incluir reconocer la emoción, entender lo que el cuerpo está sintiendo y encontrar maneras de calmarse.
Cinco Dominios de la Autorregulación según Stuart Shanker
Paloma y Ana Paula mencionaron a Stuart Shanker, un autor que ha desarrollado un modelo de autorregulación basado en cinco dominios:
- Biológico: Necesidades físicas como el ejercicio, la respiración o el contacto físico pueden ayudar a calmarse. Por ejemplo, un niño puede necesitar un abrazo para sentirse contenido.
- Emocional: Identificar y nombrar las emociones es esencial. Ayudar a los niños a conectar con sus sentimientos y expresarlos adecuadamente es fundamental para su autorregulación.
- Cognitivo: Entender los procesos y secuencias de eventos ayuda a calmar a los niños. Explicarles qué sucederá primero, después y al final puede ser muy tranquilizador.
- Social: Las interacciones sociales y el apoyo de otros pueden ser clave para la autorregulación.
- Prosocial: Ayudar a los niños a entender cómo sus acciones afectan a los demás y a desarrollar empatía.
Estrategias Prácticas para la Autorregulación
Una estrategia eficaz que comparten en sus talleres es la técnica de «alto, respira, piensa y actúa». Enseñar a los niños estos pasos como un juego puede ayudarlos a manejar situaciones de conflicto de manera autónoma. Por ejemplo, cuando enfrentan un problema, pueden recordar esta secuencia para calmarse y decidir la mejor manera de actuar.
El Reto del Bombón
El reto del bombón es una prueba clásica que evalúa la capacidad de gratificación retardada y la tolerancia a la frustración en los niños. Consiste en pedir al niño que espere para comer un bombón, con la promesa de recibir otro si logra esperar. El objetivo no es solo ver si el niño puede esperar, sino observar cómo maneja la espera. Algunos niños pueden cantar, bailar o contar para distraerse y regular sus emociones, mostrando una autorregulación efectiva.
Conexión entre Madre e Hijo
El nombre Sintonía Cerebral refleja la importancia de la conexión entre madre e hijo. Esta sintonía, como una comunicación de «bluetooth», es vital para el desarrollo emocional del niño. Observar y conocer a su bebé permite a la madre regular y guiar mejor a su hijo en el aprendizaje de la autorregulación.
Paloma y Ana Paula subrayaron la importancia de enseñar a los niños inteligencia emocional desde pequeños, ya que esta habilidad es fundamental para su desarrollo académico, relaciones interpersonales y estabilidad emocional futura. Enseñar autorregulación no solo ayuda a los niños a manejar mejor sus emociones, sino que también contribuye a formar adultos más equilibrados y exitosos.